martes, 17 de mayo de 2016

EL NIÑO Y EL ANCIANO

En un pueblito muy lejano había un niño muy egoísta que no le gustaba ayudar a los demás, era envidioso, orgulloso y humillaba a la gente por el solo hecho de que sus padres eran ricos.
Un día un ancianito muy pobre se acercó al niño, el niño rico se tapo la nariz con la mano, ya que el ancianito olía muy  mal.
El anciano le dice:- ayúdame por favor tengo mucha hambre no he comido hace más de dos días y nadie me quiere dar alimentos, por favor.
El niño le dice:- viejecito vago, ve  trabajar, no me molestes; además hueles muy mal que asco me das.
El viejecito lloró mucho y se fue muy triste de ver el mal corazón del niño sin amor.
Paso el tiempo y los padres del niño, por malos negocios que hicieron perdieron todas sus riquezas, hasta la casa también la perdieron.
Se fueron  a vivir debajo de un puente del pueblo.
El niño lloraba mucho,  después de haber tenido tanta riqueza ahora, le tocaba comer lo que los padres le llevaban de las sobras de alimentos que la gente tiraba a la basura.
Un día el niño salió a la calle a pedir alimentos ya que sus padres estaban muy enfermos. El niño sentía mucha vergüenza de hacerlo pero el hambre lo llevo a hacerlo.
El niño se acercó a un restaurante a pedir comida.
Niño:- señor tengo mucha hambre, me regala algo de comer
El señor de restaurante le responde:- hueles muy mal niño, además trabaja para ganarte el pan de cada día, ¡vago ¡vete de aquí!
El niño lloró amargamente y  recordaba lo que había hecho al anciano.
El niño dijo llorando:- Dios mío, perdóname he hecho mucho daño a los demás ahora me toca sufrir, lo tengo bien merecido.
 El niño va al basurero y recoge los desperdicios de alimentos que la gente tiraba y eso le llevaba a sus padres.
Al poco tiempo sus padres enfermaron por las malas condiciones de vida que llevaban y murieron.
El niño lloró amargamente por muchos días. Luego siguió su vida pidiendo limosna.
Pasaron 2 años.
De repente el niño estaba en la calle pidiendo limosna y se le acerca un anciano muy bien vestido con joyas de oro. Y el niño lo ve y le pide una moneda, el anciano le da 7 monedas de oro y le dice:- niño yo era el ancianito que despreciaste hace unos años, soy muy rico, me disfracé de mendigo para ver quien tenía buen corazón y dejarle mi herencia; pero no hubo nadie en este pueblo gentil. Así que te daré una segunda oportunidad  ya que tú no tuviste la culpa de ser egoísta y cruel. Tus padres  inculcaron las malas acciones a tu ser. Con estas monedas que te di compra ropa y lo necesario, con lo demás dales a los enfermos y los más necesitados, yo estaré pendiente viendo si lo realizas.
El niño con sus ojitos llenos de lágrimas agració y se fue. Hizo lo que el ancianito le dijo. El niño cambio su corazón y le gustaba servir a todos con amor. El niño creció y era un joven muy gentil y con un gran corazón humanitario.
El anciano en sus últimos días, llamó al chico y le dijo:-jovencito has aprendido tu misión, de servir y amar; yo estoy moribundo y falleceré. Te dejaré todas mis riquezas para que las administres bien y de las ganancias ayudes a quien más lo necesita, sobre todo amar de corazón que es la riqueza más grande del mundo.
El chico le da un gran abrazo al anciano, el anciano al poco tiempo muere.
El chico fue un buen administrador y aprendió a compartir con amor y ser humilde de corazón.
ENSEÑANZA
Lo que siembras recoges. Ley universal y hablada por grandes maestros.
Si cambias tu corazón a la Luz, todo cambiará en ti. Ratificando tú actuar con gratitud y servicio
La humildad engrándese tu ser al Amor.
Yider Elder Araque Cerón

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