domingo, 22 de mayo de 2016

CUANDO UNA HIJA PARTE AL INFINITO

Sonia y Carolina  compartían  mucho amor, madre e hija en esta vida las unió el Creador
Sonia ama a su retoño, nació en el lindo mes de otoño
El  esposo de Sonia,  en un accidente había fallecido; después de tres meses que su hija había nacido
Fue un gran dolor, pero ella lo supero con el poder del amor.

Se enfocó en su hija del alma; le brindaba  esperanza, animó y calma
Carolina jugaba con su madre, siempre  preguntaba por el  padre
La mamá le decía:- él está en el cielo, donde nos protege con cariño y consuelo
Las dos nos amaremos y juntas continuaremos.

Crecieron con el poder de la unidad y los bellos valores de humanidad
Los quince años de Carolina eran memorables, dos seres felices e inseparables 
Un día la hija, un gran mareo sintió;  y al  suelo calló, ninguna palabra pronunció    
Su madre al verla llorando trata de reanimarla, no dejaba de acariciarla.

Llama una ambulancia y es llevada al hospital;  Sonia oraba al Padre por su hija única y especial
Después de unas horas hay un veredicto; el médico le dice, señora el examen de su hija, demuestra un gran conflicto
Tiene cáncer avanzado cerebral,  ya no vale ningún tratamiento especial 
La madre  queda enmudecida,  de recibir la mala noticia sucedida.

Luego respira profundo, se dirige a la habitación;  ingresa,  se acerca a su hija y le toca el corazón
Dice, amada mía sensible Ser, eres mi mayor crecer
Te amo y te amaré por toda la eternidad,  eres mi ternura y piedad
Siempre estaré contigo, te brindaré dulce abrigo.

La hija despierta y la abraza con afecto, el Cosmos realiza el glorioso efecto
Desde ese día la madre está a todo momento a su  lado, como el grandioso espíritu alado
Van y contemplan la naturaleza,  respiran pura belleza
Juegan como dos niñas inocentes, donde los ángeles se hacen presentes.

Meditan con devoción, realizan la más linda oración
Disfrutan todos los alimentos, son libres como el viento
Después de tres meses  Carolina está agonizando, Sonia en la frente la continua besando
Con voz suave le dice, mamita de mi alma, me voy almas allá con amor y calma.

Eres mi amor  especial,  algún tiempo nos veremos  con Padre- Madre celestial
Nunca  sientas tristeza, recuerda  que el espíritu vivirá por siempre en belleza
Carolina da un gran suspiro y cierra sus ojos con una leve sonrisa,  la madre llorando su corazón acaricia
Todos los días los recuerda y va a visitarlos; varias flores coloca en sus tumbas, por siempre a padre e hija va amarlos.




En las noches siente un caluroso aliento, como si la besara tiernamente el viento
Ella sabe que están presentes, los dos amados entes
Agradece a Dios por todo lo sucedido, sabe que todo viene planeado y que algún día con ellos se habrá ido
Colabora con niños huérfanos y desamparados;  comprende que su esencia ascenderá espiritualmente a un alto grado.


Gracias Dios por esta historia, nada es eterno en la tierra ya que en el tercer cielo es la gloria
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
Este poema- historia es con mucho cariño para una bella Ser de luz, que me  pidió  de corazón   realizar un poema de la partida de un hijo-hija. Dios te bendiga y el Espíritu Santo nos ilumine.

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